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Un trabajo académico, ambicioso y contracorriente, que se plasma en un proyecto ya en marcha con fondos europeos. La arquitecta Paloma de Andrés Ródenas concluyó en 2018 sus estudios en la Universidad Politécnica de Cartagena con un trabajo final en el que proponía recuperar la actividad salinera de Marchamalo impulsando el ecoturismo y ahora dirige la restauración de balsas y naves adquiridas por ANSE que va a hacer realidad la idea que lanzó desde la UPCT.
“La idea del proyecto de ANSE es muy similar a la que propuse, reiniciar la actividad salinera de forma artesanal impulsando los beneficios ecosistémicos más allá de los ingresos económicos de la sal como producto, que por superficie será mínimo, favoreciendo así la recuperación de la biodiversidad y un turismo cultural y sostenible”, explica la joven arquitecta.
El proyecto cuenta ya con licencia urbanística del Ayuntamiento de Cartagena para iniciar la restauración de dos naves situadas en la zona oriental de las Salinas de Marchamalo. “En una de ellas estará un centro de interpretación y en la otra habrá espacios de trabajo vinculados a las salinas y el Mar Menor, investigación y oficinas”, avanza la egresada de la Escuela de Arquitectura y Edificación de la UPCT.
Esta primera intervención cuenta con un presupuesto de 100.000 euros y está enmarcada en el proyecto de ANSE de Regeneración de salinas y arenales en el Mar Menor (Resalar), que cuenta con 1,7 millones de fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia facilitados por la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica.
La arquitecta está trabajando junto a ingenieros ambientales e ingenieros de Minas para la recuperación y puesta en funcionamiento de las balsas de las salinas, en las que también se quiere habilitar una zona para baños de lodos como en otros espacios del Mar Menor.